Páginas

martes, 28 de octubre de 2014

Opiniones de un ciudadano cabreado, Vol. II

Aún cuando todo el malnacido ladrón que ha sido detenido por corrupción, evasión de impuestos a millones, robo de dinero público, tráfico de influencias, etc., vaya a la cárcel un número de años apropiado, que no va a ser así porque el sistema judicial está también bastante pútrido con recovecos legales y penas irrisorias, creo que no sería suficiente. A esta gentuza tan execrable habría que expropiarles y embargarles propiedades y cuentas que pasarían al patrimonio del Estado y serían destinados a reparar parte del daño causado y/o a causas sociales (y/o Sanidad, Educación), y luego una condena generosa en una prisión con el mínimo lujo posible alternada con un régimen de servicios a la comunidad.

Un buen escarmiento para que aprendan la lección y que a su vez sirva de ejemplo disuasorio para futuros delincuentes de alta gama, cuyo sentimiento de impunidad no hace sino fomentar la proliferación de mangantes. Yo añadiría una buena paliza y una humillación pública, algo quizás más reconfortante pero mucho menos edificante y moralmente aceptable.

Y por supuesto, para fomentar que se tire de la lengua y de la manta, inmunidad/rebaja de condena y protección a aquel que cante y delate toda una trama. Por ejemplo, al archonocido Bárcenas: "Bárcenas, danos la pruebas y desapareces del sistema". Y no quedaría en pie nadie del gobierno (local, provincial, autonómico y central).