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martes, 3 de abril de 2012

Mientras tanto

La tierra sigue a su bola con el movimiento de rotación y el de traslación, y ninguno de los seres que poblamos el planeta nos percatamos. Todo continúa y da igual que en Mali haya un golpe de estado y que en EEUU, para variar, un individuo se líe a tiros en una universidad. Nada va a afectar al curso natural de los acontecimientos. Nada que esté en nuestra mano. Bueno, quizás una hecatombe nuclear titánica concentrada en un punto del planeta, por ejemplo, Teherán, consiguiera sacarnos de nuestra órbita. Pero lo dudo muchísimo.

Quizás un asteroide lo suficientemente grande impacte contra la Tierra y sí que altere de verdad la vida. Dentro de 50.000 años. O de 3.000. O de 100. Si es que va a dar igual.

Mientras tanto, que la toque otra vez Sam.