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jueves, 29 de julio de 2010

Ocho tentáculos tiene mi amor

Cómo un pulpo puede alcanzar tal fama como para monopolizar los medios de comunicación internacionales, estar en boca de todo el mundo e incluso ser tema de conversaciones entre políticos en pleno hemiciclo, protagonizar noticias, vídeos, bromas, despertar adoración o simpatía, o infudir terror con sus “pronósticos” y que llegue a ser considerado como un oráculo agorero o mesías, es algo que escapa a mi entendimiento. Bueno no del todo, el género humano sigue siendo estúpido por naturaleza y además el asunto no deja de tener unos tintes cómico-esperpénticos considerables y a cualquiera le puede hacer gracia, aunque a muchos incluso les molesta el dichoso cefalópodo de marras.

Y es que el Pulpo Paul se ha vuelto más famoso que el de "1 Girl 1 Octopus". Aunque Paul, ajeno a su reciente popularidad, sigue viviendo a su puta bola en el acuario alemán dónde se ha hartado a recibir flashses, cámaras y regalos como una camiseta de España personalizada. Lo único que habrá notado es que ya no le meten cajitas con mejillones dentro y en cambio sí otro tipo de objetos como una copa del mundo, y si es que es capaz de percartarse, habrá visto incrementado el número de visitantes que acuden hasta él para observarle. Pero bueno, como dijo el filósofo: “Dame mejillones y llámame tonto”. También cabe la posibilidad de que no se haya pispado de nada, opción más que probable.


Paul I de España. Y es que este simpático octópodo se ha ganado el corazón de millones de españoles patriotas natos y otros de última hora. Entre un Águila, una franja morada o el escudo, yo me quedo con un pulpo, aceptado ya como mascota, oráculo y líder político-espiritual.


El problema reside en que cuando se alcanza el estatus de celebridad empiezan a sugir como hongos en una ensaladilla de verano los rencores, las envidias y el odio. Y cuando el líder religioso y político de una potencia alineada en el eje del mal cuya carrera armamentística nuclear está poniendo en jaque la seguridad global te nombra en alguno de sus discursos epistolares para las masas, y entre su seborrea verbal te ataca y te pone a caer de un guindo... eso ya es para mear y no echar gota. Sr. Ahmadineyad... déjese de tanto opio, té, y hierbas, o por lo menos no permita que le escriba los discursos su sobrino de 6 años. Y ya si cancela el proyecto para conseguir una bomba nuclear, ya... eso sería glorioso, aunque desgraciadamente personajes de su calaña sólo entienden el idioma de los tambores de guerra.


Aún así, yo confío en una posible solución pacífica a la tensión internacional y que no acabe desembocando en un conflicto armado: que Israel borre Irán del mapa antes de que este consiga una bomba nuclear, porque se la lanzaría a ellos a la primera de cambio, y se arme la de Dios es Cristo. Que si “tú me has bombardeado al país este”, que si “ha sido sin querer”, "A que te meto una batería de misiles por el culo", "rebota, rebota, en tu culo explota", etc.


Pero bueno, yo tengo plena fe en que no acabemos por esos derroteros, porque... me lo ha dicho el Pulpo Paul. Si en el fondo es buena gente. Lástima que le quede nada y menos de vida... pero bueno, seguro que acabará en el cielo de los moluscos.


Y es que hay pulpos con suerte. El primo de Paul disfrutó de lo lindo durante sus vacaciones en Menorca.

viernes, 23 de julio de 2010

Excusa

Perdonad mi incomparecencia prolongada. Aunque no actualice, sigo "piando mi Caralibro a través de mi Mora".*


*Dad gracias a que nuestra lengua materna no sea el inglés, sino sonaría así de patético cuando dijéramos "twitteando mi Facebook a través de mi Blackberry".