Mi hombre de acción me había fallado. Me prometió asientos en primera clase pero cuando me percaté de que lo tenía en mi mano no eran más que unos vales descuento para una tintorería de barrio caducados ya era demasiado tarde.
Cogí un taxi y aunque el taxista me suplicó que le devolviera el coche, me dirigí hacia la estación de tren conduciendo como un maníaco homicida en un “destruction derby”, ignorando semáforos, señales de tráfico y las típicas señoras que aparecen en todas las persecuciones de películas hollywoodienses cruzando las calles sin mirar llevando un carrito de bebé, y que obligan al héroe de turno a esquivarlas aun poniendo en riesgo su propia integridad física. Afortunadamente, las señoras gozaban de mejores reflejos que los míos, no así el caniche de una anciana que se empeñó en decorar el radiador de mi recién adquirido vehículo.
Aparqué sin ciertas complicaciones en el hall de la estación, justo dentro del escaparate de una tienda de regalos y con medio maletero en un kiosco. El tiempo apremiaba así que apenas pude robar un par de revistas justo antes de dirigirme a las taquillas. Una era de caza y pesca y la otra sobre la mujer moderna de hoy. Definitivamente, no iba a ser mi día.
Y en ese preciso instante, sin premisa premonitoria alguna, se precipitó con presteza por el precipicio con un vaso de precipitados precintado y presurizado en la mano, que contenía el precioso prepucio del preclaro preceptor predecesor del príncipe predilecto del pueblo. Ese fue el precio de preconizar un predicador prejuicioso, precursor del preludio al culto a Priapo.
Hará un par de semanas me levanté tras amagar varias veces apagando el despertador del móvil y postergando el inevitable desenlace, retrasando la hora del reloj de media hora en 30 minutos. Me incorporé no sin esfuerzo y maldiciendo a todos los dioses habidos y por haber. Salí de la cama con el pie derecho pese a que soy zurdo y no supersticioso, debido a la orientación del mobiliario de mi habitación, e intenté encender el móvil de nuevo. Pero éste en lugar de solicitarme el número pin, me mostró una pantalla blanca inusual a modo de despedida y decidió volver a apagarse por voluntad propia para no despertar jamás de su letargo, pese a mis denodados esfuerzos por devolverle a la vida.
Renuncié en mi afán cuando asimilé que era inútil resucitarle (al cuadragésimo séptimo intento fallido) y me cagué en su puta madre. A la mierda toda la información que tenía almacenada en la memoria del móvil, incluidos los números de teléfono que llevaba almacenando los últimos dos años, desde que se me había llenado la tarjeta SIM. Y lo más frustrante: todos los SMSs recibidos y escritos que guardaba celosamente porque consideraba importantes. Como un registro de vivencias del que me valía para recordar.
Noté como un pedazo de mi vida reciente se esfumaba para siempre, perdiéndose en el olvido de forma inexorable. Mensajes que había releído mil veces y que me recordaban experiencias clave, que evocaban momentos pasados vividos intensamente que rememoraba al volver a leerlos. A la mierda todo. Dentro de mi cabeza seguía retumbando un sonoro "Noooooooooooooo..." que se extinguía lentamente entre los pensamientos de mis recuerdos borrados. Un vacío anegó mi zona del córtex cerebral asociada a la memoria, si un tiempo en plenas condiciones, ya mutilada por el azar y castigada por mi alcoholismo de fin de semana. A partir de ahora cada vez que intente recordar sin los SMSs, la información será incompleta o simplemente me tendré que conformar con un Error404.
La rabia se extendió por mis venas y una sentimiento de impotencia mezclada con incredulidad se apoderó de mi. Maldije varias veces la causalidad y mi perezosa idiosincrasia, pues desde hacía semanas sospechaba que mi móvil estaba en las últimas (tengo el sentido de la intuición hiperdesarrollado a costa de una atrofia en el olfato y el sentido del deber), pero en lugar de vaciar la memoria de mi teléfono en el ordenador y hacer una copia de seguridad me dediqué a autoconvencerme con un cínico "vuelva usted mañana", y retrasar la tarea pendiente hasta ese mañana non nato que nunca se presentó. El mañana nunca muere... porque a veces no llega ni a nacer, quedándose en un mero aborto.
Y en ese momento fue cuando me embargó idéntica sensación que al replicante Roy Batty al final de Blade Runner, cuando se encuentra bajo la lluvia en la azotea del edificio en ruinas y mantiene uno de los monólogos más solemnes, profundos y épicos de la historia del cine, en una escena memorable .
Comprendí lo trágico de la situación y la hice mía, y entonces fui consciente de la belleza de la irreversibilidad y dejó de importarme lo sucedido. Abracé la epifanía de emociones que surgían en mi interior, sentimientos de amistad y afecto que se desataban en un torrente incontrolable revelándome el verdadero valor de mis recuerdos. En ese momento fui consciente de que todo lo vivido había merecido la pena. Y mi alma se sintió satisfecha con esta revelación, y encontré la paz existencial y una calma que me sosegó durante largo rato. De repente ame la vida y al ser humano. Dejé de lamentarme amargamente y asimilé el daño sufrido. No por los contactos, sino por todos esos mensajes y recuerdos que se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.
Tras sobrevivir varias semanas con mi anterior móvil, una tartana arcaica con más de 5 años, conseguí uno nuevecito y bastante resultón, gracias a que arrebaté mi alma de las garras de los ladrones de Movistar para vendérsela a los cuatreros de Orange. Como consecuencia he tenido que pasar toda mi agenda de la SIM antigua a la nueva de forma manual, transacción que he aprovechado para filtrar los contactos con el fin de actualizarla desechando números que ya no utilizo y sustituyéndolos por otros a los que si llamo habitualmente y que antes tenía guardados en la memoria del teléfono y no en la SIM, la mayoría de los cuales ya he recuperado.
Ahora mi SIM no está petada y me siguen cabiendo aún unos 30 números, todo ello a costa de descartar contactos. Números de teléfono que guardé porque en su día fueron importantes, compañeros de vivencias pasajeras, gente que conocí y con la que compartí experiencias, pero con los cuales perdí el contacto por el distanciamiento al que fuimos condenados por diversos factores. Soy un nostálgico y he redactado una lista con todos los contactos que no he pasado a la nueva SIM pero cuyos números sigo almacenando en la antigua porque me cuesta relegarlos de forma definitiva al pasado, me niego a perder toda relación o lo que me queda de ellos y por eso prefiero mantener un último vínculo. Por lo que fueron, por el recuerdo que aún retengo de ellos. Por capricho.
Siempre me ha costado tomar decisiones de no retorno. Yo era de los que ponían el dedo y marcas en los libros de "Elige tu propia aventura" para asegurarme la posibilidad de volver a atrás y rehacer el camino de forma distinta para cambiar el desenlace. En la vida real esto es mucho más difícil, y en ciertas ocasiones imposible, pero mientras pueda seguiré intentando guardarme una vía de escape, una oportunidad para volver sobre mis propios pasos y tomar otra alternativa. Por el mismo motivo guardo una copia por lo menos en CDs y DVDs de toooodos los archivos que tengo o alguna vez tuve en el ordenador. Incluso películas, series y documentales que me bajé y no vi, y jamás veré probablemente, los grabé en soporte digital para no privarme de tener la opción de verlos si quisiera.
Quizás sufra una mutación emocional del síndrome de diógenes, y me resista a abandonar recuerdos y a olvidar a personas que difícilmente tendrán cabida en mi futuro, aceptando que forman parte del pasado. Pero yo prefiero guardarme esa remota posibilidad a perpetuidad, abonarme al "por si acaso". Podría comparar mi manía con el almacén del "Juicio Final" que han construido en el subsuelo de Laponia, en un búnker bajo una montaña, para albergar todas las clases de semillas conocidas y así salvaguardar la agricultura en caso de catástrofe mayúscula como guerra nuclear, cambio climático o impacto devastador de un meteorito.
Moraleja: no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy. Ahora guardo todos los SMS también en una tarjeta de memoria MicroSD extraíble de 1GB, y los pasaré con una frecuencia trimestral al disco duro del ordenador y a uno externo, por si acaso. Para no privarme de la posibilidad de recordarlo todo en un hipotético futuro en el que así lo quiera.
Creía que llevaba mucho tiempo mintiendo de forma taimada y que todo formaba parte de una artimaña para enmascarar la verdad y evitar sospechas, y ahora me entero de que la víctima del engaño he sido yo pues todo era una quimera. No he sido más que el protagonista inconsciente de una farsa, ya que lo que consideraba falso era cierto y viceversa, y no he hecho sino contar verdades cuando pensaba que las tergiversaba.
Tenéis que ver el vídeo de los curas vestidos de faena, con sus barbas, sus mitras, sus colgantes al estilo M.A. Barracus y demás avalorios, repartiéndose mamporros a diestro y siniestro como si de un vulgar partido de fútbol se tratase, y encima dentro del templo. Hasta que intervino la policía y disolvió la reyerta deteniéndo a varios de los monjes. Acojonante. Desconocía que los monjes Ortodoxos fueran a su vez Shaolin.
A eso le llamo yo repartir hostias. No se ha librado ni Dios. xD
Este año, el equipo de Liga Interna de Teleco de Chami, Rojas & Cía, "Never Drink Alone", y el nuestro, el "Beverly Tronas", (Robertito, Fonfo, Pablo Coleta, Cruz, Dani, Sperman,...) nos hemos fusionado, y de esta provechosa alianza ha surgido el futuro campeón de la liga interna 2008-2009:
¡El Zéner de San Petersburgo!*
Y lo formamos: - Chami & y su hermano "pequeño" Javi (Los Big Brothers) - Rojas Team (Gon, Sergio, Luis) - Un tal Marcos, amigo de Chami. - Adri, uno que ha venido de la Técnica, amigo de Cris-piercing. - Pablo Santamaría (el mejor portero de teleco, repescado del Causing Histeria) - Carlos PresiDepor (El hijo Espartano de Thor) - Dani, mi amigo de aeronaútica, el puto crack, el mago. - Miguel Ángel Sánchez, coordinador de CEDG (disponibilidad reducida) - Fernando Fernández Gil, profesor de LCEL (disponibilidad reducida) - Servidor, paranoico, Jaime I, para servirles. + - Afición: Nata, Moni, Rojas, Juan, Maikel y hembras todas de buen ver.
No se me olvida mencionar a los caídos en combate desde que se forjó el Beverly Tronas: - Alberto-Socio, Fonfo, Roberto el Landetero, Pablo Coleta, Jejus, Sergio Jaén, Álvaro Carrera, Cruz Iscariote, Sperman, Gonzalín, Álvaro 1º, Maikel, y colaboradores como Felipe, DJ, Pedro, Fer, Juanito, Chusky, Juan Toledano.
Que grandes momentos compartimos repartiendo ensaladas de patadas de forma altruista y armando gresca, y ganando inmerecidamente xD.
Esperemos no entra en disrupción y cagarla. De momento llevamos un empate 3-3 y hoy una merecida victoria 4-1, con un par de golitos de servidor, tras sendas jugadas magníficas trenzadas y lideradas por mi persona, haciendo gala de una técnica y visión de juego nunca vistas hasta ahora. Y además, he seguido repartiendo leña, hachazos, codazos, patadas, empujones, mordiscos, pelotazos, fiel a mi estilo de juego.
Según un par de estudios que se acaban de publicar, los españoles conducimos estresados y desorientados. Y nos quejamos de la mala señalización de nuestras carreteras. ¡Nos ha jodido! Con señales como éstas...
Estos minusválidos tienen una suerte que no se lo creen. No sólo tienen plazas reservadas para aparcarcar, ¡sino para fornicar también!
Cachondos son los de la Escuela de pilotos de la ONCE.
Eso, id despacito y con cuidado... no dejéis uno vivo.
Demasiado tarde, JAJAJAJA! LA HAS CAGADO!
Sí, sigues todo recto y luego no tiene perdida, llegas seguro. Todos los caminos llevan a Ourense (y Monforte)
Si es que lo ponen a huevo. Tienen que estar los del pueblo hartos de las coñas. Sí? Pues OS JODÉIS! Haberle puesto al pueblo un nombre normal, como "Villacangajo del Morlaco", coñe.
Esta señal debería ser obligatoria en las calles de todas las zonas de marcha de Madrid, y en las carreteras de todas las macrodiscotecas de poligoneros, que no? Buah, ke pu ke pah, eh nen?
What The Fuck!? (WTF!?)
Epic WTF
Mi favorita, sin duda. De pregunta de examen de conducir. "Vas por una carretera comarcal de 5º orden y te encuentras con estas señales, ¿qué haces?"
a) Pues paro el coche, me bajo y me cago en su puta madre. b) Con una mano en el pecho, entono: ¡Precaución, amigo conductor! La senda es peligroooosa... c) Caso omiso, acelero y santas pascuas. d) Tiro la coca por la ventanilla y me despejo la nariz.
Y resulta que en la ciudad alemana de Bohmte, siguiendo un proyecto de la U.E. para organizar espacios públicos, decidieron suprimir todas las señales, semáforos y aceras, a ver qué tal se organizaban los ciudadanos. Están locos estos teutones.
No os preocupéis por la crisis financiera mundial, que está todo arreglado. Me he enterado del mecanismo que regula las subidas y las bajadas de la Bolsa y que está causando tal desbarajuste en la economía global.
No son más que pequeños hamsters dando vueltas en ruedas que están conectadas a unas dinamos que generan energía eléctrica y a un sistema mecánico de pistones que acciona una maquinaria compleja que acaba moviendo un brazo robótico articulado que da collejas al chino encargado de pulsar un botón rojo que no sé para que sirve, pero que averiguaré en breve. y que casi seguro está relacionado de algún modo con el ángulo de giro de la veleta del tejado de la iglesia que hay sobre el meridiano de Greenwich a la altura del paralelo 40, que es la encargada de establecer la dirección en la que va el viento para que éste al soplar pueda mover o no las aspas del molino cuya rueda acciona un aparato de radio que envía señales en código morse mediante las cuales se acaba controlando la turbina que suelta pequeñas descargas eléctricas en el acuario del Zoo de Melbourne, provocando que los manatíes intenten huir despavoridos chocando contra los cristales y produciendo pequeñas vibraciones que recoge un sismógrafo de alta precisión que de momento no he conseguido localizar, pero que es el que dictamina si la Bolsa sube o baja según los picos que registra y plasma sobre el papel.
Y ya he tomado medidas. He encontrado esa granja de hamsters y les he untado las pipas en cocaína. Ya veréis que risa, y como en un par de días todo arreglado.
El mundo se está yendo inexorablemente al garete. Día tras días se van sucediendo acontecimientos que no son sino señales que intentan advertirnos de lo que se nos avecina, pero es en vano, pues la mayoría de las veces, si no todas, no nos percatamos del mensaje oculto que encierran esos sucesos. Estamos condenados, y dada nuestra nula perspicacia, no somos conscientes de ello.
A diferencia de vosotros yo nací con una agudeza visual y de raciocinio superlativos que he ido perfeccionando a medida que ha pasado el tiempo, y esto sumado a mi sagacidad natural me permite ver más allá y leer entre líneas. Por ello puedo afirmar de forma sentenciosa la primera frase de este texto.
Y cuando hablo de señales no me refiero a sucesos tales como la reciente crisis financiera mundial o el calentamiento global. No, no, eso no son más que cortinas de humo tejidas mediante sucios ardides con el fin de mantener engañados y en la ignorancia a los ciudadanos. Yo me refiero a acontecimientos que pasan desapercibidos a los ojos del gran público, que además de ciego e imbécil, es autista.
Sucesos como que el Chivi se haya amariconado y se haya retirado como pornoautor para dedicarse a ser simplemente cantautor cantando baladas melosas y de un romanticismo vomitivo. Espero que su carrera sea meteórica, esto es, que se estrelle a gran velocidad y envuelto en llamas.
Por hechos como la espantada de el Chivi, he perdido la fe en la raza humana pues ya no se respeta ni lo más sagrado, y no me importa en absoluto que nos vayamos a ir a tomar por el culo, aunque aún es pronto y lo peor está por venir. Según las profecias del famoso visionario nómada Nostrasladamus:
Por no querer consentir el divorcio, Quien poco después será conocido indigno, El Rey de las Islas será expulsado por la fuerza, Puesto en su lugar quien de rey no tendrá signo. (Centuria X, XXIII)
No sé vosotros, pero yo interpreto que el próximo Papa será negro, homosexual y del Atleti, y a partir de ahí iremos todos de culo cuesta abajo y sin frenos. Está clarísimo. Y quién no lo quiera ver que no lo vea, pero ojos que no ven, infarto de miocardio, y no os muráis que está muy feo, que luego tiene que venir alguien y recogeros.
Oh, (nombre de mujer) del alma mía! Sílfide impía, que me destruyes noche a noche, mas no hay reproche pues tu presencia vale el sacrificio, y despechado es mi oficio.
Con un silencioso y fugaz suspiro todo se vino abajo. El castillo de naipes, otrora imponente irguiéndose de forma majestuosa con una bella simetría hipnótica y embaucadora, quedó reducido a un montón de cartas desordenadas y amontonadas sobre la mesa sin que apenas tuviera tiempo para pestañear.
A pocos centímetros del punto donde antes se levantaba la cúspide se tendía mi mano sujetando todavía la última carta, la reina de corazones, aquella que debía coronar la cima y con la que hubiera finalizado mi obra.
Estaba apoyado con ambos codos en la mesa, y uno de mis brazos sujetaba al que sostenía la carta para aumentar el equilibrio y reducir la vibración provocada por mi ritmo cardíaco, acelerado por la excitación de la apoteosis final.
Permanecí en esa posición varios segundos, jugueteando con la carta, pasándomela entre los dedos, asimilando lo que acababa de ocurrir. Desde abajo todas las figuras de la baraja, que curiosamente habían caído boca arriba, estaban clavando su mirada acusadora en mí con su semblante-doble serio. Me parecía que en cualquier momento iban a esbozar una sonrisa burlona de satisfacción por lo acontecido. Maldito ejército especular rojinegro.
- Otra vez igual.-pensé para mis adentros. El eterno retorno.
Giré mi cabeza y observé como por una pequeña rendija de una ventana entreabierta se colaba una suave brisa. Creía haberla cerrado por completo, pero en ese momento dudaba de todo excepto de la ley de la gravedad. La próxima vez sería más cauto, me prometí como siempre. Pero en el fondo, era inevitable.
Al otro lado del cristal de la ventana, sin que yo tuviera constancia, una carcajada muda se perdía en la oscuridad mientras recuperaba el aliento perdido por los soplidos.
Andaba yo antesdeayer comiéndome el tarro con una curiosidad que he descubierto ahora que he empezado a estudiar alemán en el Goethe Institute de Madrid (incauto de mí) en un maratoniano curso superintensivo de 4h al día durante 2 semanas. He aquí la hermosura de la diversidad lingüística:
- Si "una vez" en inglés se dice "once", pero "once" en español significa "11", y a su vez "11" en alemán se dice "elf", y "elf" en inglés significa "elfo", porque cojones no hablaremos todos el mismo idioma me cago en la puta Torre de Babel.
¿Se le habrá ocurrido pensar y reflexionar a alguien sobre esta gilipollez supina con anterioridad a mis profundas meditaciones metafísicas, o soy el primero en darse en cuenta?
En este último caso, quisiera bautizar el descubrimiento como "Orgía Pluridiomática". Señores académicos, espero ansioso el Nobel de Literatura de 2009.
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC en inglés, como La Hora Chanante o la Liga de Hermafroditas Colpofóbicos) fue puesto en marcha el pasado 10 de septiembre y contra todo pronóstico -de algunos agoreros-, aún seguimos aquí y no nos hemos ido a criar malvas, o lo que hubiera sido peor, a alguna indeterminación espacio-temporal suspendidos en la nada más absoluta tras haber sido engullidos por un agujero negro, lo que hubiera resultado infinitamente más aburrido que perecer formando parte de una gigantesca bola de materia extraña e inerte de neutrones, opción que también se baraja.
Mas no cantéis victoria aún, pues el CERN tiene previstos cuatro (four) grandes experimentos para realizar en el LHC, que se llevarán a cabo a lo largo de los próximos 4-5 años. Ya hubiera sido mala suerte irse a tomar por saco el primer día, ¿no? Mejor esperar un poco, y cuando la atención decaiga y nadie se lo espere, ¡ZAS! En toda la boca.
Aún así es de agradecer que hayan tenido la amabilidad de retrasar su puesta en funcionamiento del 8 de agosto al 10 de septiembre, ya que por lo menos hemos podido disfrutar de la gran estafa que han sido las olimpiadas de Pekín (sí, sí, Pekín, el nombre en cristiano) 2008. Dios como me revientan las personas que dicen Beijing. Pero cojones, ¿tú dices London o Londres? ¿Tú dices Kobenhavn o Copenague? Entonces, ¿a santo de qué llamas a la ciudad Beijing? Desde luego a ver si nos lleva un agujero negro como el sobaco de Usain Bolt a todos, porque menudo asco de atajo de monos de repetición mansos y geranios mentales sin criterio ninguno estáis hechos.
Si por albur del destino acabamos yéndonos al garete por la vía rápida y nos autoaniquilamos, seremos sin duda algunas los máximos merecedores de los Premios Darwin hasta la eternidad, aunque sería irónico porque no quedaría nadie para formar el jurado que nos proclamaría ganadores de los premios ni para entregar el galardón, pues estaríamos todos concentrados (pensando) y condensados en una mierdecilla del tamaño de una moneda de 3€, o 3cm. Y aunque el tamaño no importa, íbamos a acabar a hostias recalificando el terreno.
Y vosotros diréis:
1-"Buff, menuda chorrada, es imposible que pueda ocurrir algo así":
Los señores físicos opinan que es improbable, no imposible. Pero como todo el mundo sabe los físicos están de la puta olla y ni ellos mismos saben a ciencia cierta que puede desencadenar el LHC. Paso a reproduciros el diálogo entre dos físicos que dio pie a la idea de construir un mega acelerador de partículas:
[...] - Alfred, que se me está ocurriendo a mí una idea... ¿y si construimos un cacho anillo del copón para acelerar partículas a toda hostia y chocarlas a ver que pasa? Igual descubrimos el sentido de la vida, la receta de Coca Cola, o mejor, algo relacionado con el Big Bang y Dios, y de paso jodemos un rato a los creacionistas y a los cristianos radicales, que seguro que se pican. - Jum, interesante Paul, pero podría írsenos de las manos y mandar todo a tomar por culo, ¿no? - Hombre, no jodas, ya sería mala suerte. - Tienes razón. Yo creo que voy a pedir una de chopitos y otra de ensaladilla. [...]
2-"El LHC es segurísimo, y estamos convencidos de que no han reparado en gastos para la seguridad. Si se han gastado chorropocientos miles de millones de euros, por unos cuantos más seguro que no ha habido problema".
La primera en la frente. Unos hackers griegos han burlado la seguridad del LHC. Afortunadamente, estos señores sólo pretendían alertar de los fallos de seguridad y no armar la marimorena, porque según algunos científicos podían haber accedido al control de los aparatejos que regulan y controlan el acelerador de partículas y haberla liado parda, pardísima y negruzca.
3-"Esto es una locura, ¡vamos a morir todos!":
Efectivamente. Algún día. Pero la probabilidad de que lo hagamos todos un mismo día sólo es del 50%: o morimos todos el mismo día o no. Eso sí, no adelantéis acontecimientos y os suicidéis como la chica india de 17 años que no pudo con la presión de una posible hecatombe provocada por el LHC. Pobre imbécil. Seguro que se reencarna en piedra, por gilipollas. Si el pánico os domina, meteos a una secta o algo así, la sociedad no se pierde nada con vuestra ausencia. Además, igual acabamos viajando en el tiempo (quién sabe) y conseguís evitar que vuestro padre infecté a vuestra madre con su esperma, condenándoos así a la inexistencia súbita.
La Tierra tras unas pequeñas reformas
Sinceramente, no estoy preocupado, porque sé de buena tinta que en el CERN cuenta con un Gordon Freeman que nos sacará las castañas del fuego cuando llegue el momento y la líen los señores científicos.
El Gordon Freeman del CERN
Aún así espero que no tengamos que recurrir a él, pues seguro que el hombre del maletín anda cerca...
Hastiado y luchando contra el abatimiento que me provoca el mero hecho de mirar de reojo e intermitentemente unos simples apuntes de alguno de los múltiples campos del saber que abarca la Telecomunicación, me ha asaltado una duda existencial que me corroe desde hace algunas horas, impidiéndome concentrarme para alcanzar los conocimientos necesarios que se debiera suponer que tendría que poseer para aprobar algo este puto septiembre:
¿Qué es mejor, que te la pique un pollo o que te folle un pez?
Charles Milles Manson (Cincinnati, 12 de noviembre 1934) es un célebre criminal estadounidense, fundador y líder de "La Familia", un grupo que perpetró varios asesinatos, entre ellos, el macabro asesinato de Sharon Tate (esposa del director Roman Polanski) y sus invitados en 1969.
Marilyn Manson tomó el apellido de este famoso asesino psicópata. ¿Que se puede decir de este maníaco? Nadie mejor que él para contaros quién es.
Otro par de perlas para que podáis advertir hasta que grado está de la puta olla el Sr. Manson.
Primero sus dotes lingüísticas.
Después, sus habilidades artísticas
Más Información:
Tras cumplir varias condenas por delitos menores en 1967 dedidió crear y liderar un grupo llamado “La Familia”. Manson se autoproclamó ante sus fieles como la reencarnación de Satanás, Jesús y de Dios. Sus seguidores creían en él y estaban convencidos de ello.
Sus arengas decían que "la raza negra estaba preparada para rebelarse contra sus opresores blancos creando un conflicto mundial del que sólo sobrevivirían 144.000 elegidos que se salvarían, al esconderse en un lugar subterráneo para volver a resurgir, liderados por él. Agartha era el nombre de ese mundo subterráneo en el desierto en el que los elegidos aguardarían el final del Apocalipsis". La teoría de Manson consistía en que una vez que los negros arrasaran a la raza blanca, ellos mismos se autodestruirían debido a la 'inferioridad' de su raza.
Cuando los Beatles sacaron su canción Helter Skelter, Manson dijo ver en ella la señal para el inicio del Apocalipsis. Para él, los Beattles eran los cuatro jinetes del Apocalipsis.
En 1969 tres miembros de “La Familia” supuestamente liderados por Manson, entraron en la casa de Roman Polański en Beverly Hills, asesinando a su mujer embarazada, Sharon Tate, cortándole los pechos y dejándola morir desangrada junto a sus invitados. En las paredes de la habitación los asesinos escribieron con sangre letras de los Beatles. La mujer de Polanski afirmó dias antes del crimen haber soñado con una imagen de ella misma con una bolsa en la cabeza y chorreando sangre. Durante varios días, crímenes parecidos sucedieron en varias mansiones de California perpetrados por los acólitos de Manson.
A pesar de que Manson no fue ejecutor de ninguno de los crímenes, la sentencia dijo que había sido el inductor y fue condenado a muerte, pena que fue conmutada por cadena perpetua.
El recién elegido presidente se llevó la mano derecha al corazón y aspiró profundamente antes de arrancar su discurso:
- Esta noche - dijo, con la mirada visionaria clavada en el futuro de gloria - nuestra nación entra en una nueva era de prosperidad. Erradicaremos las desigualdades sociales, la discriminación, la miseria… Repartiremos equitativamente la riqueza del país. Ya no habrá pobres, pues todo será de todos.
- Lo que tú digas, pero el mes que viene, cuando me toque volver a ser presidente, no pienso compartir mis latas contigo - masculló el pueblo de los Estados Unidos de América, enfurruñado junto a la gruesa compuerta de plomo del búnker.
¿Y ahora qué, eh? ¿No estaba tan loco, verdad? Aaaaaaaamigo, tú que me señalaste acusatoriamente con el dedo cual chiquillo en su tierna infancia que contempla asombrado por primera vez a un negro. Tú, incapaz de comprender el impulso primario de supervivencia que nos guía ciegamente en situaciones de peligro, consideradas a gusto de las dioptrías del protagonista de turno, y que en ocasiones podría conseguir burlar a la ramera de rostro enjuto encargada del equilibrio biológico que tanto nos empeñamos en manipular condenando así a la inexistencia a futuros descendientes, que debido al egoísmo de nuestra raza jamás llegarán a tener la posibilidad de ser concebidos.
Tú, bienvenido a la realidad, que ni es tan bonita como se empeñan en pintarla ni como nos obstinamos en considerarla cegados por el velo embaucador que nosotros mismo tejemos narcotizados por la felicidad pasajera que nos embarga con los placeres mundanos a los que nos entregamos.
La superstición otrora inconcebible y eternamente prejuzgada ultrajando a sus defensores acaba tornándose más que probable, posible, y es entonces cuando nos percatamos de que todo acontece aleatoriamente sin juzgar ni respetar a los participantes de ese macabro juego llamado azar, del que todos somos víctimas inconscientes en mayor o menor medida pese a que nadie nos pidió permiso para involucrarnos.
La paranoia puede lograr la categoría de don en este desvirtuado mundo donde arriba es abajo, blanco es negro, mujeres pueden llegar a ser hombres (que se lo pregunten al famoso intelectual brasileiro, Ronaldo) y la despiadada injusticia campa a sus anchas sabiéndose la reina del lugar.
La próxima vez que por gusto o por incompetencia os retraséis y perdáis un medio de transporte, toméis una decisión en el último instante sin haberlo meditado, os invada un deseo irrefrenable de actuar irracionalmente, os dejéis guiar por un impulso a priori incomprensible, quizás estéis regateando al destino de forma involuntaria y casual consiguiendo una prórroga que seguramente no os merezcáis. En esos momentos es el instinto el que os gobierna, aunque no alcancéis a comprender los motivos.
No se trata de suerte, pues lo que a primera instancia debiera considerarse fortuna, bien pudiera desencadenar sucesos nefastos en el futuro aunque no llegáramos a advertirlo o creerlo, o bien porque afectase a terceras personas no implicadas en el primer evento que desencadenó el posterior infortunio. Y viceversa. La causalidad es una furcia caprichosa esclava de la casualidad. No siempre escogemos a nuestros compañeros de baile en esta la siniestra danza de títeres que es la vida. Suelen estar condicionados pero no determinados.
De nada serviría aconsejar precaución y ojo avizor, pues nuestras circunstancias escapan a nuestro control y no tiene sentido vivir constantemente atormentados, ni en continua tensión ante lo que pudiera suceder para obrar de la manera más exitosa posible. Si acontece el momento, dentro de un reducido espectro de posibilidades gozaremos de cierto margen de maniobra y será entonces cuando nuestra determinación y nuestro juicio dicten sentencia. Inapelable. Por desgracia, es probable que el momento pase desapercibido y no nos percatemos de su ocurrencia, malgastando así la (única) oportunidad para decantar la balanza a nuestro favor.
Y ahora tomaré prestada una frase del autor más prolífico del mundo, Anónimo: “Vive siempre como si fuera tú último día. Tarde o temprano, acabarás acertando.”
Al final no me he ido. A la hora de verdad, todo a tomar por el culo por mi incapacidad para superar mi fobia a volar.
Así que este verano lo voy a pasar en las profundidades de las alcantarillas tocando el órgano vestido con una capa negra y media careta blanca, y emergiendo periódica y furtivamente con nocturnidad y discreción a procurarme alimentos.
Durante los próximos 43 días estaré junto con otros 3 amigos (Nico, Sperman y Tronen) perdido por Asia. Concretamente por La India, Nepal, Tailandia y China. Si nuestro periplo concluye con éxito y sabemos superar las adversidades, sobreponernos a los reveses del destino y no nos come ningún ejemplar de la fauna endémica, volveré el 8 de agosto a España.
Hasta entonces, podréis seguir el curso de nuestro viaje e informaros a través de este Blog que he creado para la ocasión:
Émile Littré fue un político y lexicólogo francés del siglo XIX. Se encontraba cierto día impropiamente encamado con su criada, cuando su esposa entró en la habitación. En el proceso judicial de divorcio, parece que la risa estalló cuando el propio Littré (creador del afamado “diccionario Littré” francés) con frialdad decimonónica, relató el diálogo que tuvo lugar, comenzado por su mujer: -Emile, estoy sorprendida… -No, querida –reconvino Littré- tú estás asombrada. El sorprendido soy yo.
Un viejo letrero oxidado y maltratado por los años se bamboleaba suavemente al compás del viento, produciendo un sonoro chirrido. Aún se podía apreciar la palabra “estación” escrita en él.
El edificio del que colgaba el letrero era de piedra y destartalado, de una sola altura, no muy grande, con tejado rojo cerámico y las ventanas ennegrecidas por el paso del tiempo. Estaba situado en medio de ninguna parte, alejado de la mano de Dios y de la civilización.
Allí estaba yo, solo, en el único andén de la estación, sin equipaje alguno, esperando de pie a que pasará el tren. No recordaba cuánto tiempo llevaba en aquel lugar, pero me parecía que llevaba allí una eternidad.
- Perdone, ¿falta mucho para que pase el tren? –pregunté al jefe de estación.
- Me temo que llega usted tarde –me respondió él con cierta mueca de compasión.- El último pasó hará ya varios meses. Esta es una vía muerta, y la estación está abandonada.
La vida es una puta mierda, y lo sabes. Si no es así es porque estás cegado por algún efímero período de falsa felicidad pasajera, porque eres un cínico o porque eres un imbécil descerebrado y tu limitación intelectual te impide alcanzar a comprender la realidad.
No eres más que una mierda de grano en la inmensidad del cosmos, un minúsculo pedazo de bazofia cuyo destino no está regido por la mano de ningún dios misericordioso ni omnipotente, ni por los designios de algún ser superior creador. Ni siquiera tienes destino.
Tu patética existencia tocará a su fin en el momento menos pensado. Quizás seas aplastado de forma fulminante por el cruel engranaje del universo, que gira y se mueve irrevocablemente.
- Huy, perdona, es que estorbabas-.
Nadie se disculpará. Ya no existes. Que más da.
Si tienes suerte morirás decrépito y marchitado por la edad, bañado en tus propios efluvios que no pudiste controlar y rodeado por trozos de carne corrompidos a partir de un fragmentos de tu ADN.
Igual la suerte te sonríe y un día cualquiera al cruzar la calle un desgraciado malnacido que no merece ni el oxígeno que ha gastado en los años que ha estado infectando al mundo con su presencia, borracho y al volante de su coche, te hace un favor y termina con toda esta farsa.
También puedes hacerlo tú, pero eso ya depende de ti.