Émile Littré fue un político y lexicólogo francés del siglo XIX. Se encontraba cierto día impropiamente encamado con su criada, cuando su esposa entró en la habitación. En el proceso judicial de divorcio, parece que la risa estalló cuando el propio Littré (creador del afamado “diccionario Littré” francés) con frialdad decimonónica, relató el diálogo que tuvo lugar, comenzado por su mujer:
-Emile, estoy sorprendida…
-No, querida –reconvino Littré- tú estás asombrada. El sorprendido soy yo.
Jajajaja...
ResponderEliminarmola!
A ver si escribes más, chato...
Que eres un coñazo!!! Que no escribes nunca!!! Y aquí estamos nosotros, tus tristes seguidores...