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lunes, 10 de diciembre de 2007

Primavera Sound

El Primavera Sound es un festival de música electrónica que se realiza en Barcelona. Para más información es mejor que escuchéis las experiencias de Epi y Blas.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

El Valor de la Amistad

No hay nada en esta vida como los buenos amigos, capaces de alumbrarte en la noche más oscura y devolverte al camino cuando te sales de él. He aquí un bonito video que versa sobre la amistad más allá de las diferencias culturales o raciales.



De parte de La Hora Chanante (Chanante!)

lunes, 5 de noviembre de 2007

El Conde de Montecristo

Edmond Dantés es el protagonista de El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas (Padre), una de las mejores obras de todos los tiempos y considerada hasta hoy en día la mejor historia de venganza de la literatura universal.

Es el personaje literario que más admiro, junto con Sherlock Holmes y su archienemigo el Profesor James Moriarty, por su determinación, valentía, y sofisticación. Me maravilla la claridad y eficiencia con la que ejecuta su venganza implacable contra los que le traicionaron, quienes alucinan cuando les revela su verdadera identidad e imploran perdón desesperadamente, y como compensa y ayuda a sus verdaderos amigos, los conocidos tras su huida de prisión y los que trataron de ayudarle cuando fue encarcelado.

Es un hombre justo y tiene un estilo extraordinario, todo lo hace a lo grande. Para los que le ayudaron se convierte en un espíritu guardián. Para los que le perjudicaron, se convierte en el ángel vengador de Dios. Todos los que le traicionaron son enfrentados a la justicia de una manera que refleja la traición original.

De mayor quiero ser como él.

La mejor adaptación llevada a la gran pantalla es sin duda la protagonizada por Gerard Depardieu. Eso sí, dura unas 6 horitas, que el libro son 2 tomos de más de 600 páginas, pero dada la grandeza de la obra no se te hace larga ni lenta, y te atrapa desde la primera página. MUY RECOMENDADA SU LECTURA.


[+INFO]
Edmond Dantés es un joven marino francés honrado y trabajador al que la vida le sonrie con una bella prometida y un ascenso a capitán de navío. El inocente Dantès no se da cuenta de cómo afecta su fortuna a los que él considera sus amigos, quienes, por envidia, le traicionan acusándole injustamente y de forma anónima de bonapartista. Dantés es condenado, olvidado y encerrado en la prisión del Castillo de If, donde conoce a otro preso, el abate Faria, a quien toma como mentor y de quien aprende de todo, y que le revela el secreto de un tesoro escondido en el islote de Montecristo.

Dantés consigue fugarse de la prisión tras la muerte de Faria y tras hacerse con el tesoro y bajo el pseudónimo de El Conde de Montecristo, y disfrazándose también de otros personajes, decide vengarse implacablemente de quienes le traicionaron.

La historia tiene lugar en Francia, Italia y varias islas del Mediterráneo durante los hechos históricos de 1814–1838 (el final del mandato de Napoleón I de Francia y el reinado de Luis Felipe I de Francia). Trata sobre todo los temas de la justicia, la venganza, la piedad y el perdón y está contada en el estilo de una historia de aventuras.

Dumas obtuvo la idea de El conde de Montecristo de una historia real que encontró en las memorias de un hombre llamado Jacques Peuchet. Peuchet contaba la historia de un zapatero llamado François Picaud que vivía en París en 1807. Picaud se comprometió con una mujer rica, pero cuatro amigos celosos le acusaron falsamente de ser un espía de Inglaterra. Fue encarcelado durante siete años. Durante su encarcelamiento, un compañero de prisión moribundo le legó un tesoro escondido en Milán. Cuando Picaud fue liberado en 1814, tomó posesión del tesoro, volvió bajo otro nombre a París y dedicó diez años a trazar su exitosa venganza contra sus antiguos amigos.

jueves, 25 de octubre de 2007

Adiós, Guido, Adiós.

Amigo, de nombre impronunciable, que esta madrugada te has dejado la vida sobre el asfalto. Hacía tiempo que no sabía de ti, y créeme, que hubiera preferido seguir en mi ignorancia y postergar indefinidamente esta fatídica mañana.

Siempre fuiste el mayor, y por ello, guía y líder de juegos y fantasiosas aventuras en aquellas reuniones donde coincidimos y nos conocimos por arbitrio del destino, pues eran nuestros padres, amigos desde la infancia, quienes las organizaban sin consultarnos.

Tu veteranía te otorgó los galones que yo gustoso heredaba durante tus incomparecencias. Más ya no los quiero. ¡Vuelve y recupéralos! Y de paso, ayúdame a recordar algo más de la época que compartimos, pues mi memoria, inexperta en aquellos años y ya cansada, es incapaz de ir más allá de algunos detalles, lugares y anécdotas, como tu eternas gafas de pasta, el Spaguetti Western, el partido de fútbol sala infantil en el que nos encontramos o las inocentes escaramuzas por los bosques de el Pardo con mi hermano, Danielito, Luisete y compañía.

Es aquí, en la soledad de mi habitación, donde el desconsuelo me embarga y la imperturbable fachada de hombre inalterable e insensible se desmorona como un castillo de naipes al asumir tu ausencia. No se que más decirte mientras me enjugo estas lágrimas que jamás debieron recorrer mis mejillas. No me queda sino compadecer a tus padres, tu hermano, tu hermana, y tus amigos, pues si yo me encuentro derrotado y hundido, no quisiera ni imaginar su estado de ánimo en estos momentos de insufrible dolor.

Seguro que tu padre maldice el día en que decidió comprarte la moto que tanto ansiabas, tanto como yo, impotente, maldigo al destino, cruel y traicionero, por cercenarte la vida de forma tan injusta y repentina, en los albores de esta nueva etapa que tan ilusionado comenzabas tras tu reciente mudanza de hogar y de carrera.

Tocayo de estudios, hermano de universidad, compañero de vivencias. ¿Por qué decidiste coger la moto esa noche?

Brindaré por todos aquellos recuerdos que jamás compartiremos, por todas aquellas experiencias de las que has sido privado, por todas las empresas que nunca podrás llevar a cabo.

Donde quiera que estés, cuídate.

Sinceramente,

Un Amigo.


Descansa En Paz.

viernes, 19 de octubre de 2007

Carta a Barry Lyndon

Estimado Barry Lyndon:

Sin ánimo de parecerle condescendiente, adoctrinador ni sentencioso, y rogando su perdón por mi denotada grandilocuencia, he de decirle con sinceridad, que ha obrado sabia y provechosamente oponiéndose a su indómita naturaleza y optando por cobijarse en el redil con el resto del rebaño. No lo conciba como un fracaso personal ni se corroiga moralmente, pues hay momentos en los que es necesario retroceder un paso para lograr avanzar dos. No se puede ir al revés eternamente.

En cierta ocasión tuve la oportunidad de conocer a un personaje singular que vivía empeñado en ir siempre al revés, cuyo nombre omitiré en estos derroteros por decoro y respeto a los difuntos. Dicha tendencia subversiva le provocaba continuos desmanes y conflictos inextricables, cuya gravedad y complejidad fueron acrecentándose con el paso de los años, pues se negó a ceder un palmo de terreno y perseveró ciegamente en su empeño. A tal grado llegaba su exacerbado fanatismo, que caminaba de espaldas y se limpiaba el culo de atrás hacia delante, prácticas ambas dos harto incómodas.

Un buen día, cuando salía de su casa marcha atrás como todas las mañanas, asombrado se dio cuenta de que no sabía a ciencia cierta si se iba o volvía. Turbado ante tal duda existencial, e incapaz de disiparla tras unos instantes de vacilación de pie en su portal, decidió no salir de casa. Prisionero en su propio feudo, se sumió en una espiral autodestructiva de incertidumbres irresolubles que degeneró en un incesante cuestionamiento de los fundamentos primigenios de sus costumbres. Estos insoportables delirios fueron los que le condujeron hasta su inexorable y desgraciado final.

Víctima de su idiosincrasia, decidió terminar con su vida ahorcándose en una tibia mañana de otoño, cómo no, al revés. Se colgó por los pies con una soga atada a una viga del techo de su buhardilla, y de esta guisa permaneció hasta que el ama de llaves lo encontró dos días después, con el rostro amoratado, pero con el semblante firme y una sonrisa de suficiencia en sus labios. Hasta que exhaló el último suspiro de vida, siguió obcecado en sus ideas.


Suyo afectísimo,

Sir Emmanuel de Ítaca

lunes, 1 de octubre de 2007

Empirismo de patio de recreo

Mi madre me dijo una vez:

- Quién mucho abarca, poco aprieta.

Como era de suponer, y fiel a mi reputación de ácrata rebelde y obstinado, hice oídos sordos y no le preste la mayor atención. Me resbaló bastante.

Hasta que sufrí en mis propias carnes una experiencia que me reveló la incontestable y cruel verdad que encierra este célebre refrán, ignorada por muchos y desafiada por otros tantos, ingenuos en su mayoría, como yo lo fui en su tiempo.

Debía correr el año 1991 o 1992, porque yo cursaba segundo de preescolar y acababa de llegar de pasar un año en Viena, en una guardería llena de niños arios repelentes de ojos claros y pelo rubio platino. Pero esa es otra historia y será contada en otro momento.

Yo levantaba poco más de un metro del suelo y la vida era simple y maravillosa, exenta de preocupaciones y obligaciones. El mayor problema residía en la elección de juguete en las horas de clase destinadas a jugar.

Los más cafres de la clase siempre elegían el kit de bolos de plásticos y se zurraban entre ellos esgrimiéndolos como espadas orondas o bates de béisbol. El que cogía la bola se dedicaba a lanzarla a la cabeza de sus compañeros desde la distancia, evitando el combate cuerpo a cuerpo y salvaguardando así su integridad física. Los primeros días yo me desgañitaba intentando instruirles en el bello juego de los bolos, explicándoles el objetivo y las reglas. Por aquel entonces mis dotes de líder no estaban muy desarrolladas, así que acabe desistiendo cansado de recibir palos en las costillas como agradecimiento a mis enseñanzas desinteresadas.

Luego al llegar el recreo se torcía la cosa, porque no te dejaban sacar los juguetes al patio, así que cada uno se traía los suyos de casa para poder continuar la fiesta en el arenero y alrededores.

Los más cafres seguían dándose de hostias en el patio bajo cualquier pretexto. Algunos se dedicaban a escarbar, hacer agujeros y llenarse de tierra hasta los gayumbos. En fondo yo siempre sospeché que lo que pretendían era sacar toda la arena del arenero llevándosela poco a poco a sus respectivas casas.

Otros, generalmente niñas, comerciaban con "arena fina" conseguida después de perder la mayoría del tiempo del recreo raspando las piedras que constituían el fondo del arenero y almacenando los granos más pequeños de arena. Luego intentaban, insistentemente, endosártela o cambiártela por algo, y se anunciaban a voz en grito y con un desagradable tono de niño de San Ildefonso

- Quiéeen quiereeeee arenaaaaaaa finaaaaaaaa?
- Te lo he repetido ya diez veces, que YO NO QUIERO COJONES! ¿Para qué la voy a usar, eh? ¿Para rellenar el reloj del Tabú? Vete a darle la brasa a otro.

Fue mi primera toma de contacto con el Spam.

Otros perseveraban en el intento de partirse la crisma en lo diabólicos artilugios instalados a tal efecto en el patio, aunque disimulados bajo la apariencia de inocentes y divertidos columpios. Yo, que de valiente tuve más bien poco hasta mi despertar aventurero en la adolescencia, cuando me aficioné a Indiana Jones, siempre, o casi siempre, me llevaba coches de juguete de estos pequeñitos, y a puñados, y competía en frenéticas carreras con otros compañeros. Algo así como en el “Need for Speed” o en “The Fast and the Furious” (“A todo Gas”, ole la traducción libre) pero sin tanta parafernalia, música hip-hopera ni tías macizas con poca ropa. Formábamos el club del automóvil de preescolar.

Solía almacenar todos los coches que podía en mis bolsillos, para luego desplegar toda mi colección en el arenero y fardar de bólidos ante los amigos.

– Mira, 22 coches que me he traído. Jódete, Alberto, que tú sólo tienes 6.
- Sí, pero los míos se convierten en robots.

Alberto era el hijoputa de los Tranformers.

Jamás se me ocurrió pensar que la resistencia de las costuras de mis bolsillos tenía un límite, y que éste era menor en el único bolsillo del babi, que se encontraba a mano derecha, lo cual me jodía muchísimo pues yo siempre he sido zurdo o ambizurdo, decisión que tomé en mi afán por llevarle la contraria a todo el mundo cuando los mayores me instaron a escribir con la derecha durante mis primeros pinitos en el arte de la escritura, por lo que siempre andaba guardándome los coches en el babi a mano cambiada, lo cual resultaba harto incómodo.

El caso es que un nefasto día de primavera, cuando sonaba la campana que indicaba el fin del recreo y yo corría a clase, se me desfondó el bolsillo del babi y todos los coches que transportaba se me cayeron al suelo, con tal mala suerte que ese preciso instante pasaba por encima de unas rejillas del alcantarillado del patio, colándose la mayoría entre los barrotes y perdiéndose por los conductos del desagüe.

Sufrí un duro revés. La diosa Fortuna me la había jugado y yo desconocía el motivo de su traición. Quizás fue un pequeño castigo por haber estafado a mis amigos en las carreras y haberme agenciado algunos de sus coches. Solo sé que en ese momento me cagué en su puta madre y maldije todo lo que pude. Pese a mi corta edad poseía un extenso vocabulario de insultos y descalificativos, aprendido de un amigo mayor y barriobajero de verano y enriquecido al empezar el colegio, con el que sorprendía a extraños y mayores cada vez que me venía en gana.

Desde ese día le cogí un asco tremendo a ese trapo de color verde claro y repleto de manchas que me obligaban a llevar encima de mis ropas, también llamado babi. Llegué a meditar la idea de ponerme el babi como si de una capa de tratase y lanzarme desde lo alto de cualquier objeto o saliente del patio con la intención de volar o planear, pero el cupo de superhéroes estaba cubierto en mi colegio y note que la mayoría pasaba largas temporadas enyesados, sangrando o con puntos en algún lugar de su anatomía.

Así que decidí hacerme objetor de conciencia del babi y me negué a llevarlo puesto para alegría de mis profesores, quienes intentaban reprimir en vano mi rebeldía, y de mis padres, cuyos gastos en polos y pantalones de uniforme se incrementaron notablemente. Además, abandoné mis prácticas automovilísticas, aunque seguí coleccionando coches en la intimidad, la mayoría sustraídos sin el consentimiento de sus dueños.

Puede que el significado del refrán sea otro y yo lo haya interpretado erróneamente, y que esta pequeña historia case más con el de “La Avaricia rompe el saco”, pero como los coches eran míos y el blog también, escribo lo que me da la gana.

Como siempre he hecho.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Placa Letal

Uno es un Bruto.
El otro un Puto Vago.

Pero tendrán que aunar sus esfuerzos para terminar la Placa a tiempo.

La pareja más descacharrante de LCEL en la película de acción del año. Próximamente en su laboratorio.


"Asombrosa. Magnífica." ****(Jerald Tribune)

"Acción a raudales." *****(Pornogramas)


"La película más frenética desde Crank." ****(La Gausseta de lo Sport)

viernes, 14 de septiembre de 2007

martes, 11 de septiembre de 2007

Eva Hache se ordena Monje Franciscano


La dicharachera y contumaz presentadora de televisión Eva Hache no solo ha sorprendido con su polémica decisión de presentarse a la próximas elecciones generales de marzo de 2008. Además, ha cambiado radicalmente su apariencia al estilo de Adso de Melk, protagonista de El Nombre de la Rosa, cogiendo desprevenidos a amigos y extraños, quienes hasta ahora la consideraban opuesta a las doctrina religiosa de la Iglesia y a todo lo relacionado con ella.


Una de dos: o ha abrazado el cristianismo y se ha ordenado M
onje Franciscano, o su peluquero es del PP.

Vean, vean...

lunes, 10 de septiembre de 2007

domingo, 9 de septiembre de 2007

Frase del Di... de la Noche II


-(Chica): Yo es que soy capaz de hacer varias cosas a la vez.

-(Vito): Jo, que políglota!

(Vito, esperpéntico poeta cervantesco de costumbres torrentianas, amigo de las patadas al diccionario)

jueves, 6 de septiembre de 2007

Don de Lenguas


Estos tunos demuestran que el viajar les ha otorgado un envidiable conocimiento de idiomas, lenguas y dialectos. Atentos al final del video.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Frase del Di... de la Noche


- Y tú... ¿a qué te dedicas?
- Soy logopeda
- ¿Eso qué es, lo de los ojos o lo de los pies?

(Chusky, ponzoñoso filósofo de tomo y lomo, ebrio erudito de la vida)

martes, 31 de julio de 2007

De nuevo en el Blog


Enclaustrado en mi casa, con mi flamante router recién estrenado declarado en huelga, habiéndole sustraído furtivamente el portátil a mi padre (porque no lo utiliza) y robándole la conexión wifi a no se qué vecino desde el salón, escribo esta entrada en el blog tras muchas semanas sin tocarlo
mientras veo un partido de la pretemporada del Real Madrid en diferido. El orco de mi hermano se ha quedado traspuesto en el otro sofá y sus ronquidos se entremezclan con mi tecleteo y el débil sonido proveniente del televisor. Además, el calor es sofocante, el portátil parece un calefactor y tengo que mantener todas las ventanas cerradas porque al abrirlas entra fuego del exterior.

En estas condiciones desfavorables he decidido actualizar el blog pese a que he tenido innumerables ocasiones mas propicias para hacerlo. ¿Por qué? Me encantan las empresas difíciles. Soy un gran (y eficaz) amante de los retos. El riesgo es amigo mio y "Peligro" es mi segundo nombre. Bajo presión asfixiante cuando las circunstancias conspiran contra mí y el mundo parece odiarme con crueldad es cuando doy lo mejor de mi mismo.

Que me encuentre aburridísimo sin nada mejor que hacer, sólo emitan basura por la tele y esté autolimitándome el consumo de ancho de banda (ni videos, ni descargas, ni webs pesadas) para que mi vecino no se percate de mi jugarreta y me cierre el grifo antes de que los del servicio técnico de timofónica se decidan a devolverme la conexión ADSL no tiene nada que ver.

En el próximo episodio relataré como viajar de Cádiz a Madrid en tan solo 12 horitas de nada. Un viaje inolvidable con un itinerario apasionante, os lo aseguro.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Nada más que palabras


Podría hablar contigo y permanecer así para siempre, sin importarme nada del entorno, ni mis compromisos, ni mis caprichos, ni mis necesidades; sin más sed que la de tus palabras, sin más hambre que el de tus miradas. Solos, tú y yo, sentados uno frente al otro, charlando de todo y de nada a la vez, de lo divino y de lo humano, del sentido de la vida, de temas profundos y de lo más trivial que se nos ocurra. Y prolongar la conversación durante horas y horas, toda la eternidad, más allá del tiempo.

Pero tengo que conformarme con forzar encuentros fortuitos por los pasillos y por la cafetería, en cambios de clase o en horario de comidas, para poder cruzar contigo un par de míseras frases de forma presurosa y con testigos impertinentes.

En ocasiones fantaseo con nuestra conversación perpetua, a solas y al abrigo del firmamento, realizable únicamente de forma onírica en mis pensamientos. Y ese es el motivo del aumento de mis horas de sueño: hablar contigo.

Si no me quieres por príncipe, déjame ser tu bufón.


viernes, 20 de abril de 2007

La Muerte del César


Este cuadro representa el último saludo efusivo en masa que recibió Julio César, el Idus de Marzo del 44 aC. (Día 15)

Segun el escritor griego Plutarco, César había sido advertido del peligro, pero había desestimado las advertencias. Lo que es más extraordinario aún es que un invidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los Idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado llamó al invidente y riendo le dijo: "Los idus de marzo ya han llegado"; a lo que el invidente contestó compasivamente: "Sí, pero no se han ido".

Ironías de la vida, ese mismo Idus de Marzo, Bruto, Casio y otros compañeros de parranda le dieron los buenos días a base de cuchillo.

Algo así intentaron conmigo no hace mucho. Afortunadamente sólo me afeitaron, puesto que soy ducho en duelos y mis experimentados reflejos me permitieron esquivar las estocadas y salir airoso e indemne.

Menos mal que me queda algún que otro aliado enmascarado, al resguardo del cinismo y la ruindad del ataque por la retaguardia, velando por mi seguridad. Gracias, Oráculo Invidente e Invisible.

lunes, 16 de abril de 2007

Utopía


"Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible."


Y no queda más que resignarse y aceptarlo.

lunes, 26 de marzo de 2007

GTA Day (Grand Theft Auto Day)

(Pese a que he escrito una pequeña crónica en mi fotolog, he aquí la versión completa y sin censura)

El sábado tuve un día frenético, parecido al que sufre John McLane (acompañado por Zeus) en La Jungla de Cristal III. Me pasé todo el maldito día de aquí para allá con el coche, como si estuviera jugando al "Simon dice...", desde las 9:15 de la mañana que me levanté hasta las 5:10 de la noche que volví al sitio del cual no debí haber salido en todo el fin de semana: mi cama. Acumulé chorropocientos kilómetros con mi 206, montura leal y servicial que nunca se ha quejado de mis excesos. Al menos no me trag
ué ningun atasco y no necesité realizar el número arriesgado de escoltar a la ambulancia.

En 24h pisé mi casa fugazmente varias veces, el tiempo justo para ducharme, miccionar, comer a media tarde y llamar por teléfono para organizar algun trayecto, entre traslados al Corte Inglés de Castellana, al Mediamark, al Decathlon, al campo donde jugamos el último partido de la liga de Fútbol7(Campeones de Liga!!) y el viaje a Chez Nuria (allá donde Cristo debió perder la sandalia).

Como anécdotas cabe destacar que casi me llevo por delante a un par de ancianos que cruzaban la calle
al trote cochinero forzando sus caderas por donde no debían y cuando no debían (no tendría que resaltar estos sucesos, ya que son habituales), alguna pirula vial y un casi hostiazo contra un Renault conducido por un gitano daltónico que se confundió en un semáforo.

Por todo esto, no he dudado en bautizar el pasado sábado 24 de marzo como mi "GTA Day". Y es que, respondiendo a la campaña publicitaria de BMW: M
e gusta conducir, PERO CON MODERACIÓN!!!
(pincha para agrandar)
Mapa de Madrid y alrededores con los itinerarios aproximados que seguí y los intervalos de tiempo que comprendieron. Obsérvese hasta donde llega el Trayecto4, hasta "Pinto", nombre surgido al combinar "Quinto Pino", que es el emplazamiento concreto donde se encuentra dicha población.


viernes, 23 de marzo de 2007

Ella


Ella estaba de pie, quieta, esperando. Su cara denotaba impaciencia: seguramente Él se retrasaba. Miraba el reloj constantemente, y suspiraba. A unos diez metros me encontraba yo, apoyado en la barandilla, haciéndome el distraído, pero observándola furtivamente a intervalos cortos de tiempo que me permitiesen contemplarla sin levantar sospechas y evitando que ella se sientiese incómoda. Fumar me hubiese ayudado a disimular, pero no era el caso así que resultaba mucho más complicado. No la estaba espiando, simplemente habíamos coincidido en el mismo sitio al mismo tiempo. ¿Casualidad? Quizás... yo prefería llamarlo destino.


Un cruce de miradas. Ella me obsequió con una sonrisa a modo de saludo, y sus ojos resplandecieron por un instante. No tuve más remedio que devolverle una tímida sonrisa acompañada de un leve gesto con la mano. Esos ojos oscuros me cautivaban de sobremanera. Tan profundos, me encantaba mirarlos fijamente y bucear en ellos, apreciar ese brillo característico capaz de alumbrarte en la noche más cerrada. Durante unos segundos eternos permanecimos mirándonos el uno al otro.

De repente llego Él, interrumpiendo. La saludó cordialmente, intercambió 4 o 5 vocablos con ella, y abandonaron el lugar. Permanecí inmóvil observando la escena, y obtuve mi ansiada recompensa. Ella se giró y me sonrió de nuevo. " Hasta luego. " leí en sus ojos.

Estaba feliz. Tenía mi dosis.

Declaración de intenciones


Uno de los patrones de conducta más característico de los vagos es la "Ley del Mínimo Esfuerzo". Así pues, como gandul que soy (y orgulloso de serlo estoy), me rijo por este principio indiscutible e inviolable, y voy a tirar por el camino más corto. He comenzado a subir al blog entradas antiguas de mi espacio de MSN, ya relegado al olvido. No quisiera que esos textos, la mayoría escritos por mí, se perdieran en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Es hora de copiar/pegar.

jueves, 22 de marzo de 2007

Reflexiones Filosóficas


En la antigua Grecia, Sócrates era conocido por su sabiduría. Un día un conocido le dijo:


- Sócrates, ¿Sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?

- Espera un minuto - replicó Sócrates.- Antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Es la prueba del triple filtro.

- ¿El triple filtro? -preguntó el conocido.

- Eso es- continuó Sócrates - Antes de que me digas nada sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir. Primer filtro: ¿Estás absolutamente seguro que lo que me vas a decir es verdad?

- No, solamente acabo de escucharlo -respondió el hombre.

- Está bien -dijo Sócrates.- Así que realmente no sabes si es verdad o no. Ahora el segundo filtro, el filtro de la Bondad. ¿Es bueno lo que me vas a decir sobre ese amigo mío?

- No, todo lo contrario -respondió el hombre.

- Así que, tu quieres decirme algo malo de un amigo mío, pero realmente no sabes si es cierto. Bueno, aún puedes pasar la prueba porque queda un último filtro: el filtro de la Utilidad. ¿Es lo que me vas a decir de mi amigo, útil para mi? -preguntó Sócrates.

- Pues, quizás no- dijo el hombre.

- Bien -concluyó Sócrates. - Si lo que me quieres decir no sabes si es verdad, no sabes si es bueno y no sabes si es útil, para que quieres decírmelo?


Este tipo de razonamiento explican porque Sócrates fue un gran filósofo. También explican por que nunca llegó a saber que su mejor amigo se estaba tirando a su mujer.

(Vía mail)

martes, 20 de marzo de 2007

Renacimiento


La nochevieja pasada me propuse para este 2007 retomar el blog que empecé hace ya casi 2 años. También me hice un montón de propuestas estúpidas como estudiar más, echarme novia o procurar ser mejor samaritano, y como aún no he empezado a cumplir ninguna, he optado por comenzar con la más asequible.

Cómo ha pasado el tiempo desde aquel ocioso día de mayo en el que decidí abrir un blog, sin mucho éxito, como podéis comprobar. Dos años sabáticos me he tomado. Muchas cosas han cambiado desde entonces: el Papa, el precio de los Metrobuses, la talla de sujetador de Paris Hilton,… pero otras permanecen igual. Sigo siendo un inútil y un vago, incluso más que antes, he logrado superarme. Yo diría que he alcanzado el summum de la holgazanería. El próximo nivel es el estado comatoso.

Y así, sin más preámbulos, resurjo de mis cenizas, como el Gato Félix.

¿Abandonará de nuevo nuestro Héroe a la primera de cambio?