Páginas

lunes, 26 de marzo de 2007

GTA Day (Grand Theft Auto Day)

(Pese a que he escrito una pequeña crónica en mi fotolog, he aquí la versión completa y sin censura)

El sábado tuve un día frenético, parecido al que sufre John McLane (acompañado por Zeus) en La Jungla de Cristal III. Me pasé todo el maldito día de aquí para allá con el coche, como si estuviera jugando al "Simon dice...", desde las 9:15 de la mañana que me levanté hasta las 5:10 de la noche que volví al sitio del cual no debí haber salido en todo el fin de semana: mi cama. Acumulé chorropocientos kilómetros con mi 206, montura leal y servicial que nunca se ha quejado de mis excesos. Al menos no me trag
ué ningun atasco y no necesité realizar el número arriesgado de escoltar a la ambulancia.

En 24h pisé mi casa fugazmente varias veces, el tiempo justo para ducharme, miccionar, comer a media tarde y llamar por teléfono para organizar algun trayecto, entre traslados al Corte Inglés de Castellana, al Mediamark, al Decathlon, al campo donde jugamos el último partido de la liga de Fútbol7(Campeones de Liga!!) y el viaje a Chez Nuria (allá donde Cristo debió perder la sandalia).

Como anécdotas cabe destacar que casi me llevo por delante a un par de ancianos que cruzaban la calle
al trote cochinero forzando sus caderas por donde no debían y cuando no debían (no tendría que resaltar estos sucesos, ya que son habituales), alguna pirula vial y un casi hostiazo contra un Renault conducido por un gitano daltónico que se confundió en un semáforo.

Por todo esto, no he dudado en bautizar el pasado sábado 24 de marzo como mi "GTA Day". Y es que, respondiendo a la campaña publicitaria de BMW: M
e gusta conducir, PERO CON MODERACIÓN!!!
(pincha para agrandar)
Mapa de Madrid y alrededores con los itinerarios aproximados que seguí y los intervalos de tiempo que comprendieron. Obsérvese hasta donde llega el Trayecto4, hasta "Pinto", nombre surgido al combinar "Quinto Pino", que es el emplazamiento concreto donde se encuentra dicha población.


viernes, 23 de marzo de 2007

Ella


Ella estaba de pie, quieta, esperando. Su cara denotaba impaciencia: seguramente Él se retrasaba. Miraba el reloj constantemente, y suspiraba. A unos diez metros me encontraba yo, apoyado en la barandilla, haciéndome el distraído, pero observándola furtivamente a intervalos cortos de tiempo que me permitiesen contemplarla sin levantar sospechas y evitando que ella se sientiese incómoda. Fumar me hubiese ayudado a disimular, pero no era el caso así que resultaba mucho más complicado. No la estaba espiando, simplemente habíamos coincidido en el mismo sitio al mismo tiempo. ¿Casualidad? Quizás... yo prefería llamarlo destino.


Un cruce de miradas. Ella me obsequió con una sonrisa a modo de saludo, y sus ojos resplandecieron por un instante. No tuve más remedio que devolverle una tímida sonrisa acompañada de un leve gesto con la mano. Esos ojos oscuros me cautivaban de sobremanera. Tan profundos, me encantaba mirarlos fijamente y bucear en ellos, apreciar ese brillo característico capaz de alumbrarte en la noche más cerrada. Durante unos segundos eternos permanecimos mirándonos el uno al otro.

De repente llego Él, interrumpiendo. La saludó cordialmente, intercambió 4 o 5 vocablos con ella, y abandonaron el lugar. Permanecí inmóvil observando la escena, y obtuve mi ansiada recompensa. Ella se giró y me sonrió de nuevo. " Hasta luego. " leí en sus ojos.

Estaba feliz. Tenía mi dosis.

Declaración de intenciones


Uno de los patrones de conducta más característico de los vagos es la "Ley del Mínimo Esfuerzo". Así pues, como gandul que soy (y orgulloso de serlo estoy), me rijo por este principio indiscutible e inviolable, y voy a tirar por el camino más corto. He comenzado a subir al blog entradas antiguas de mi espacio de MSN, ya relegado al olvido. No quisiera que esos textos, la mayoría escritos por mí, se perdieran en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Es hora de copiar/pegar.

jueves, 22 de marzo de 2007

Reflexiones Filosóficas


En la antigua Grecia, Sócrates era conocido por su sabiduría. Un día un conocido le dijo:


- Sócrates, ¿Sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?

- Espera un minuto - replicó Sócrates.- Antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Es la prueba del triple filtro.

- ¿El triple filtro? -preguntó el conocido.

- Eso es- continuó Sócrates - Antes de que me digas nada sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir. Primer filtro: ¿Estás absolutamente seguro que lo que me vas a decir es verdad?

- No, solamente acabo de escucharlo -respondió el hombre.

- Está bien -dijo Sócrates.- Así que realmente no sabes si es verdad o no. Ahora el segundo filtro, el filtro de la Bondad. ¿Es bueno lo que me vas a decir sobre ese amigo mío?

- No, todo lo contrario -respondió el hombre.

- Así que, tu quieres decirme algo malo de un amigo mío, pero realmente no sabes si es cierto. Bueno, aún puedes pasar la prueba porque queda un último filtro: el filtro de la Utilidad. ¿Es lo que me vas a decir de mi amigo, útil para mi? -preguntó Sócrates.

- Pues, quizás no- dijo el hombre.

- Bien -concluyó Sócrates. - Si lo que me quieres decir no sabes si es verdad, no sabes si es bueno y no sabes si es útil, para que quieres decírmelo?


Este tipo de razonamiento explican porque Sócrates fue un gran filósofo. También explican por que nunca llegó a saber que su mejor amigo se estaba tirando a su mujer.

(Vía mail)

martes, 20 de marzo de 2007

Renacimiento


La nochevieja pasada me propuse para este 2007 retomar el blog que empecé hace ya casi 2 años. También me hice un montón de propuestas estúpidas como estudiar más, echarme novia o procurar ser mejor samaritano, y como aún no he empezado a cumplir ninguna, he optado por comenzar con la más asequible.

Cómo ha pasado el tiempo desde aquel ocioso día de mayo en el que decidí abrir un blog, sin mucho éxito, como podéis comprobar. Dos años sabáticos me he tomado. Muchas cosas han cambiado desde entonces: el Papa, el precio de los Metrobuses, la talla de sujetador de Paris Hilton,… pero otras permanecen igual. Sigo siendo un inútil y un vago, incluso más que antes, he logrado superarme. Yo diría que he alcanzado el summum de la holgazanería. El próximo nivel es el estado comatoso.

Y así, sin más preámbulos, resurjo de mis cenizas, como el Gato Félix.

¿Abandonará de nuevo nuestro Héroe a la primera de cambio?