Saqué la pistola que jamás conseguí del bolsillo de mi cazadora de cuero inexistente y disparé contra los enemigos que nunca tuve. Uno a uno, se desplomaron sobre el asfalto de la calle que no pisé en la vida, tiñéndolo de rojo ficticio y componiendo la fantasmagórica escena del crimen que nunca cometí. Por fin los espectros del falso pasado que no viví, y que no me habían perseguido, habían sido eliminados. Mi conciencia descargada respiró tranquila, y se encharcó los vírgenes pulmones recién estrenados del ilusorio aroma del ambiente, enrarecido por el suceso que no había acontecido.
Emancipado de la culpa y huérfano de envites, me sentí libre y realizado. Un cartero, una ejecutiva y un anciano fueron declarados culpables en el fugaz juicio irreal celebrado mentalmente. La condena dictaminada, Pena de Muerte, sin posibilidad de recurso alguno, se aplicó al instante. Juez, jurado y verdugo, la trinidad compactada en mi persona, a la que no le tembló el pulso a la hora de administrar la justicia fingida.
-Jaimito, deja de señalar con el dedo a los señores, que es de mala educación. Te lo he dicho mil veces. ¡Y no te chupes el dedo!
Con quimérico ademán de redención, enarbolé la callada por insignia, ya cansada del polvo viejo de astillero cementerio de estandartes destilado en alquitara de impetuoso heraldo retirado.
Soplé el humeante cañón de mi pistola imaginaria, Tizona de mi justicia implacable, y la enfundé de nuevo con gesto de complacencia.
Y sin soltarle la otra mano a mi madre, le pedí un helado.
Emancipado de la culpa y huérfano de envites, me sentí libre y realizado. Un cartero, una ejecutiva y un anciano fueron declarados culpables en el fugaz juicio irreal celebrado mentalmente. La condena dictaminada, Pena de Muerte, sin posibilidad de recurso alguno, se aplicó al instante. Juez, jurado y verdugo, la trinidad compactada en mi persona, a la que no le tembló el pulso a la hora de administrar la justicia fingida.
-Jaimito, deja de señalar con el dedo a los señores, que es de mala educación. Te lo he dicho mil veces. ¡Y no te chupes el dedo!
Con quimérico ademán de redención, enarbolé la callada por insignia, ya cansada del polvo viejo de astillero cementerio de estandartes destilado en alquitara de impetuoso heraldo retirado.
Soplé el humeante cañón de mi pistola imaginaria, Tizona de mi justicia implacable, y la enfundé de nuevo con gesto de complacencia.
Y sin soltarle la otra mano a mi madre, le pedí un helado.
Vainilla, espero!
ResponderEliminarChocolate a lo sumo.
Como fuera de fresa ibamos a tener un problema...
¡¡Jaime jaime!!
ResponderEliminarMe gusta tu entrada... ¿autobiográfica? Ya apuntabas maneras desde niño ¿eh?... asomaba en ti el impulso psicópata paranoide que te ha convertido en el (pedazo de) hombre que eres ;-D
Supongo que estás de vuelta, ¿qué tal la playa?. Estos días estaré por teleco, si consigo sobrevivir a este calor infernal. Si te dignas a pasarte, avísame y nos tomamos un té.
Un beso húmedo
Tu admiradora secreta
@Gandhi: lo siento, la fresa me pirra, aunque no descarto que fuera de chocolate con fresa. Fresa y Chocolate blanco son mi perdición, aunque si la vainilla es buena...
ResponderEliminarGracias a mi Club de Fans y su presidenta-única socia por su fidelidad :D. Tengo pensado estudiar lo que queda de semana en teleco tooodo el día, así que si se encuentra por allí podremos compartir un té con pastitas y/o un zumo de pera, y ponernos al día.
Su blog ha sido criticado por El Detractor en:
ResponderEliminarhttp://eldetractor.blogspot.com/2009/08/soy-un-paranoico.html
¡¡Dios Santo, Jaime Jaime!!
ResponderEliminar¿Se puede saber a quién has pagado para que diga todas estas lindezas sobre tu blog?
¿Le conoces?
¡¡Te ruego que alimentes mi curiosidad!!
A ver si mañana le echo ovarios y voy a teleco por la mañana....
Te amo fervorosamente
Lo sabes, ¿no?
Hola Jaime, somos una nueva revista literaria llamada "De Gozel" y leyendo este excelente relato creo que encajaría a la perfección en el nº1 de la revista en papel.
ResponderEliminarSi eres tan amable de colaborar con nosotros, se pondría tu nombre como autor del escrito y el enlace a tu blog acompañando al texto
He aquí la dirección de la revista online: http://degozel.blogspot.com/
Gracias por la atención prestada.
Un cordial saludo.
Atentamente, el equipo De Gozel.
degozel@gmail.com
Vaya, qué sorpresa!
ResponderEliminarPor supuesto que estaría encantado de colaborar. Os escribo un mail.
Un saludo de un paranoico.